Mi proceso de gestación fue de 3 años – Parte 2

in Aug 11, 2022

Esta es la segunda parte de mi proceso de gestación, si no has leído la primera, échale un ojo aquí para que estés al día.

Luego de recibir la llamada dónde nos informaron que había un pareo de un niño de 6 años, como es de esperarse, Javi y yo moríamos de ganas de tener más información. Queríamos saber todo sobre ese niño de 6 años, ¿cuál era su color favorito?, ¿qué muñequitos le gustaba?, ¿cuál era su historia? Hicimos una nota compartida en la aplicación de “Google Keep” dónde teníamos sobre 50 preguntas de cosas que queríamos saber. Pasó todo el día y no recibimos más información. Nos sentíamos a punto de explotar por la curiosidad, así que, ante la incertidumbre, al otro día de recibir la llamada decidí escribir un email a HCSC. Resulta que ellas no nos habían llamado porque no sabían del pareo. Ahí nos enteramos, que cuando ellas identifican una potencial familia, someten su recomendación al DF y es la agencia quien da el visto bueno oficial. Así que ellas estaban tan sorprendidas y emocionadas como Javi y yo.

Desde nuestra mente emocional, si nos dejaban, llegábamos ese mismo día a buscar a ese niño de 6 años que ni siquiera sabíamos el nombre. Sabíamos que ese no era el proceso y tampoco lo ideal. Luego de la llamada, el próximo paso es la presentación de la información y expediente del niño. Tuvimos tiempo para regular nuestras emociones y asistir ya enfocados en el momento presente. Es en la presentación donde el proceso deja de ser sobre ti. Ya no se trata de que escogiste adoptar, ahora Puki tenía una historia de vida demasiado pesada para su edad y el derecho a una familia para siempre. Es en ese momento donde todo tomó sentido para nosotres, donde las respuestas de por qué adoptar tenían un nombre. 

Mientras escuchaba su historia, lo único que pensaba es que daría lo que fuera porque él nunca hubiera pasado por lo que pasó para ser nuestro hijo. Esto es superimportante, ya que mucha gente desde el cariño nos dice que JJ es super afortunado de tenernos, pero créanme, de fortuna tiene poco. Aunque tratamos en el momento presente hacer lo mejor que podemos, JJ tuvo vivir muchas cosas que ningún niño o niña merece vivir, tuvo muchas perdidas y mucho dolor, la tuvo que pasar mal antes de poder encontrarnos.  

En ese momento nos tocó procesar un montón de información. También fue el espacio donde evaluamos si realmente pudiéramos asumir esa responsabilidad. En mi caso, me dio mucha ansiedad la cantidad de terapias que recomendaban pudiera recibir JJ. Mi primera reacción fue pensar que no podríamos cumplir con todo lo que necesitaba por nuestros trabajos. Practicar la honestidad y transparencia fue esencial para recibir una respuesta igualmente honesta y que nos ayudó a entender que no estábamos solos y que las trabajadoras sociales del HCSC nos apoyarían si escogíamos continuar. 

Durante la presentación se experimentan todas las emociones. Por supuesto que no todo fue bello y hermoso, hubo hasta un momento donde me sentí incómoda por un comentario de una trabajadora social del DF que reactivó la sensación de que estábamos por comprar un carro. Mientras hablamos de su historia y necesidades, me dijeron “y es un nene bien lindo, él es bello”. No dije nada, pero en mi mente solo pensaba, el niño puede ser verde, violeta o azul y eso no me importa, puede que para otras personas eso sea importante, para nosotres no.

¿Les ha pasado que todo se hace real cuando lo ves? Bueno, al final de la presentación, Javi fue quien se atrevió a pedir una foto. Ya habíamos dicho sí y queríamos ponerle rostro a nuestro hijo. Se me hace difícil exponer en palabras todo lo que sentí al ver la foto, creo que hasta unas lágrimas salieron en ese momento. Lo que más me llamó la atención fue su sonrisa. En esa foto JJ tenía una sonrisa que guardaba toda la inocencia del mundo. Fue en su sonrisa que pude ver toda su resiliencia y su magia. Vi toda la dulzura que me describieron las trabajadoras sociales. Vi a un niño que, sin muchas razones, sonría feliz, desde ese momento me sentí honrada de la posibilidad de poder ser su mamá.

Sí verlo en una foto nos causó tanta emoción, ¿cómo sería conocerle? Nos hubiera gustado verle lo antes posible, pero como les dije al principio, estos procesos no son lineales. Antes que fuéramos identificados como potencial familia, JJ tuvo un pareo con otra familia que decidió no continuar el proceso de vinculación luego de compartir varias veces. El abandono es uno de los temas centrales en cualquier proceso de adopción, en caso de JJ este nuevo abandono fue echarle sal a una herida abierta. A raíz de esto, la psicóloga del hogar recomendó que pasarán al menos tres meses antes de presentarle a otra familia, es decir, a Javi y a mí. Antes de poder verle, tuvimos muchas reuniones, charlas y talleres. Todo en compañía de las trabajadoras sociales de HCSC, preparándonos para cuando llegara el momento de conectar. 

Antes que se cumplieran los tres meses, nos permitieron verle a través de un cristal en su ambiente natural. Ese día Javi insistió que JJ hizo contacto visual con él, pero al sol de hoy JJ no se acuerda (creo que fue parte de la emoción). Esa primera vez que le vimos en vivo, queríamos notarlo todo. Observamos como jugaba e interactuaba con otras personas. Notamos que usaba el reloj en la mano derecha y a Javi se le inflaba el pecho al identificar que hacían algo igual. Nos causó mucha ternura verle cantar mientras jugaba, vestirse de policía y recoger cada material luego de utilizarlo. Desde la distancia no escuchábamos su voz, pero verle era sentirnos más cerca de él.

Javi y yo de camino a ver a JJ por primera vez

Luego de verle una experimenta muchas emociones. Por un lado, esa desesperación de darle “fast forward” al proceso y, por otro lado, las dudas. ¿Seré capaz?, ¿Podré darle a ese niño lo que necesita?... Como se podrán imaginar, nuestra familia estaba superemocionada, así que teníamos que dar un reporte de cada detalle que observamos y cada información que nos dijeron. Mami me preguntaba si ella podía ir a observar también y otras personas de la familia nos preguntaban cuando le conocerían.  Yo sabía lo que estaba pensando y sintiendo, de alguna manera tenía las destrezas para manejarlo, pero me rompía el corazón la incertidumbre de mi chiquito estando allí. Constantemente me preguntaba cosas sobre su cotidianidad, ¿habrá comido bien?, ¿se durmió tranquilito?, ¿le dieron un abrazo? Muchas veces reflexionaba, lo lindo que sería que él supiera cuánta gente le está esperando con mucha ilusión y amor. 

El jueves 29 de julio del 2021 fue nuestra primera interacción con nuestro hijo. A diferencia de otros procesos de adopción y por las recomendaciones de la psicóloga de JJ, ese día le conocimos e interactuamos con JJ y con el resto de la niñez que estaba en el hogar. Fuimos como colaboradores del hogar, interactuamos y compartimos con todas las maravillosas personitas que estaban allí. La meta, era poder interactuar y ver si teníamos una conexión antes de presentarnos como potencial familia. ¿Qué les puedo decir de ese día? Javi y yo teníamos muchos nervios. Uno de mis hobbies es hornear y ese día llevé cupcakes. Fueron los cupcakes más importantes de mi vida.

Ese día fue de muchas emociones, todas las niñas y niños en el hogar fueron encantadores, jugamos, leímos cuentos y obviamente comimos cupcakes. Le pedimos a JJ que nos ayudara a repartir los cupcakes y él fue nuestro ayudante. Una de las cosas más emocionantes fue cuando las guías dieron las instrucciones de ir al huerto y JJ nos tomó de la mano para enseñarnos el camino. Siempre decimos que él nos escogió, porque sin saber que queríamos ser su familia, él nos tomó de la mano y nos llevó. En ese momento de magia espontánea, nos tomaron una foto de espaldas, nuestra primera foto en familia. Como familia, aún recordamos ese día como nuestro primer encuentro y según JJ han sido los mejores cupcakes de arcoíris que ha comido.

Ese mismo día que pudimos interactuar con JJ por primera vez, salíamos de viaje. Uno de mis hermanos, con mi cuñada y sobrinos, viven en Florida y ya teníamos ese viaje planificado para la apertura de KKO Chocolate. Durante el viaje uno de los temas de conversación entre Javi y yo era nuestro hijo. Repasamos cada detalle de ese día, experimentábamos culpa por estar tan lejos. También pensábamos en los otros niños y niñas del hogar, aunque fue un día feliz y todo fue “bien”, también fue triste. Al sol de hoy, mientras escribo para mi blog, me embarga la tristeza al recordar las caritas de la niñez, todo lo que han pasado, su dulzura y cariño, pero sobre todo la esperanza de tener una familia.

Llegamos a PR el 3 de agosto y al otro día ya estábamos nuevamente en el hogar. Ese día tuvimos reuniones, talleres y espacio para compartir y jugar todas esas personitas maravillosas que allí vivían. El 6 de agosto, casualmente el día del cumpleaños de mi sobrino, estaba pautado poder presentarnos a JJ como su potencial familia. Como él es magia y la sanación es continua, el día antes la trabajadora social de adopción nos dio la noticia que nuestro chiquito (porque ya era nuestro en el corazón) le dijo “quiero una familia nueva”. Así que cuando ese viernes le informaron que Javi y yo podríamos ser su nueva familia nos cuentan que JJ corrió por todas las oficinas administrativas feliz diciendo “tengo una familia nueva”. Cuando llegamos esa tarde a jugar con él, fuimos con una perspectiva pasiva y de ir suavecito para no presionar su proceso. Pero como este niño está lleno de sorpresas, al llegar nos reconoció de las interacciones previas y lo primero que nos dijo fue señalándonos “tú vas a ser mi papá y tú vas a ser mi mamá”.

Si, así como lo lees… Asertivo y decidido, mientras que Javi y yo nos quedamos frisados. No era que no queríamos eso, pero la sorpresa nos dejó sin palabras. Ese día jugamos y compartimos la merienda, fueron nuestras primeras dos horas como una familia de tres. Luego continuamos visitando el hogar para compartir y jugar con JJ. Fue bastante rápido que el chiquito reclamó más tiempo con nosotres, así que nuestra primera salida fue el sábado 14 de agosto, fuimos a desayunar a Ihop. En esa primera salida JJ comió un poquito demás y le dio dolor de panza y por primera vez le acurrucamos y le calmamos. En nuestros brazos se sentía muy natural y creemos que él también se sentía cómodo. Ese día nos tomamos nuestro primer “selfie” y nuestro niño muy astuto nos dijo que nosotros tendríamos una foto con él, pero él no tendría una foto con nosotros. Así que hicimos lo que obviamente teníamos que hacer, paramos en Walgreens, imprimimos la foto y compramos un marco. De más está decir que JJ le decía que JJ les decía a todas personas que él se encontraban en la farmacia que nosotres éramos su “familia nueva”. Era bien gracioso ver la cara desencajada de las personas a las que JJ le contaba con gran emoción su buena noticia. De vuelta al hogar, JJ se quedó dormido abrazando la foto. 

Las salidas continuaron esa semana. La meta era darle espacio a JJ a conectar con su nueva familia y que él mismo vaya marcando el ritmo de pasar más tiempo con papá y mamá. En cada salida nuestros vínculos se iban fortaleciendo y nos íbamos conociendo. Después de cada salida se nos hacía más difícil llegar sin él a casa y sabemos que a él se le hacía difícil que le dejáramos en el hogar porque tenía miedo de que no volviéramos. Su carita cambiaba y nuestro corazón se hacía chiquito, le prometíamos que volveríamos “pronto” porque aún no tenía el concepto del tiempo y los días. Su apertura al proceso fue tanta que una semana después, el 21 de agosto, JJ visitó por primera vez la que sería su nueva casa.

Si fuera por nuestra familia y amistades, ese día le hubieran recibido todos. Pero tuvieron que ser pacientes porque podría ser demasiado para JJ que estaba en pleno proceso de ajuste con Javi y conmigo. Le pedimos a nuestra familia y amistades que hicieran un video corto presentándose para que JJ supiera que existen y que le están esperando. Ese día, cuando la trabajadora social se fue de casa, pusimos el video en el televisor para JJ lo viera. Fue hermoso… Luego que terminó de ver el video, se paró, fue a su cuarto y busco papel y crayolas, hizo su primer dibujo de la familia.

Como se podrán imaginar, en este momento del proceso nos sentíamos con las contracciones a millón y a punto de parir. El 27 de agosto fue su primer pase para pasar un weekend en casa. Teníamos mucha incertidumbre, pero todo fluyó. Esa primera noche casi no dormimos pendiente a JJ, pero él durmió de lo más bien. Ese fin de semana conoció a su tío Dany, corrimos bicicleta, fuimos a ver Harry Potter al cine, y continuamos construyendo memorias. El segundo pase fue el fin de semana largo del 3-7 de septiembre, que casualmente era mi cumpleaños. Así que pasé mi primer cumpleaños con mi hijo, quien me estuvo cantando “cumpleaños feliz” todo el fin de semana. Ese día fue chulísimo, fuimos al río, comimos bizcocho y compartimos con familia cercana. El martes antes de llevarlo al hogar JJ no se quería ir de casa, me decía que no se podía levantar de la cama porque “no tenía energías en sus ojos” y no se podía lavar la boca porque “mi mano está cansada”. La única manera que se quedó tranquilo en el hogar fue luego de repetirle muchas veces “la próxima vez que vengas, te quedas para siempre”.

El 10 de septiembre 2021 fue mi parto, Javi también parió… Aunque todavía nos faltaba “firmar los papeles” como JJ le decía, en nuestra casa ya era real, teníamos un hijo y seriamos su familia para siempre. La noche antes me desvelé, no podía dormir. Sentía mucha energía, así que a las 3 am estaba yo haciendo ejercicios para botar esa energía. Preparé un banner de bienvenida, compramos globos y fuimos a buscarle para comenzar oficialmente la aventura de ser familia. Ese día, JJ comenzó a vivir en nuestra casa.

 

Cada proceso tiene sus retos, si deseas leer sobre los mios te recomiendo mi escrito "Comencé mi maternidad tomando antidepresivos

Nota Importante:

Comparto nuestra experiencia con la esperanza de aportar a normalizar y hablar abiertamente de la adopción como una opción para construir una familia. Sé que a raíz de mi escrito se pudiera percibir que no recomiendo el Departamento de la Familia y por eso deseo aclarar que nuestra experiencia no tiene que ser igual a la tuya. De hecho, escribo de manera genuina sobre nuestro proceso en ese momento, sin embargo, he aprendido a ver las cosas de forma diferente.

Cada caso, cada familia y cada experiencia es diferente.  Aunque siempre tendré en mi corazón a HCSC por todo lo que significó en nuestro proceso, la niñez que allí atienden es de la infancia temprana hasta los 7 años y la mayoría de los niños y niñas que están esperando a tener una familia son entre los 6 y 10 años. Esto lo aprendí ahora que soy mamá por adopción, pero, creo que, si hubiera sabido la necesidad tan grande en este rango de edad, habría también solicitado en el Departamento de la Familia. Por eso mi invitación es a que no te dejes llevar solo por mi experiencia. Visita el DF, HCSC y todos los espacios que encuentres que te acerquen a lo que deseas lograr, si tu meta es ser mamá o papá a través de la adopción.

Comment (1)

Carmen Rivera Laboy

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