Cuando tomé la decisión de maternar, ya había recorrido un camino interno de deconstruir la idea con la que crecí de lo que se supone que fuera ser mamá. Me alejé de la visión romántica de la maternidad y me acerqué al proceso con una visión más realista de lo que supone ser mamá dentro de sociedad como en la que me toco vivir. Me preparé para que la maternidad me intentara robar o detener en mi área profesional e hice un plan para que eso no pasara.
Recuerdo las conversaciones con Javi y con amistades de mi fantástico plan para continuar con mis proyectos a pesar de escoger conscientemente maternar. Javi y yo hicimos cambios, después de todo sabíamos que lo que venía requería de nuestro tiempo. Decidimos cerrar la oficina de nuestra práctica privada que le dedicábamos algunos sábados al mes, deje de dar clases en la universidad y solté proyectos que me cargaban más de lo que me generaban satisfacción. Mi plan estaba dirigido a tratar de crear balance entre el nuevo rol de ser mamá, pero mantenerme activa en mi área profesional.
Una vez hablando con un amigo sobre mi plan, él me decía “Irma eso suena bien racional”. Y sí, era un plan racional para tratar de evitar mi mayor miedo, perderme a mí misma y mis proyectos al convertirme en mamá. Como usamos en la terapia dialéctica conductual, ese era mi “Coping ahead”. Después de todo, la mayoría de mi vida dediqué gran parte de mi tiempo y energías en mi yo profesional.
Pero, como casi siempre pasa con los planes, nos dan cierta sensación de control en el momento, luego fluyes y pasa poco de lo que planificaste. Como diría Rubén Blades en una de sus famosas canciones, “la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ay dio”... Mi proceso de maternar no ha sido color de rosa, pero si me ha dado algunas cosas que estaban fuera del plan y aquí te comparto lo que no me lo esperaba de la maternidad.
Me reconecto con mi creatividad
Desde pequeña me he considerado una persona creativa; sin embargo, la vida adulta me hizo olvidar lo mucho que disfrutaba esa parte de mí. Entonces, para el primer cumpleaños de JJ en nuestro hogar, quería hacerle algo especial para que supiera cuánto celebramos su vida. JJ escogió el tema de Jurassic Park, pero cuando fui a las tiendas nada me gustó. Así que en un chat de whatsapp con mi prima y una amiga, empezamos a buscar y crear ideas. Terminamos haciendo un pool party jurásico e hice TODA la decoración y disfrute un montón el proceso. Reconecte con cuanto me gustaba practicar, estar presente mientras trabaja en “manualidades”.
A JJ también le encanta ser creativo, pintar, dibujar, recortar, hacer slime, en fin, como él dice, “hacer actividades”. Ahora trabajamos juntos en la cocina cuando me da con hornear, estamos haciendo su libro de vida en un scrapbook y muchas otras cosas que con frecuencia me invitan a sentarme y simplemente juntos a crear.

Empece a valorar más otras áreas de mí
La dinámica de escuela graduada y esos primeros años en la carrera, una aprende a verse a sí misma solo como psicóloga y sobrevalorar dicha área (o por lo menos ha sido mi experiencia y de personas cercanas). Aunque llevo un tiempo trabajando de forma consciente mi autocuidado, ese espacio con frecuencia se vincula también con los temas que trabajo como profesional. Creo que siempre he tenido presente todos mis roles, pero la verdad es que no les daba mucha importancia. De hecho, llegue a sentir que mi valor como persona se media más que nada por mi desempeño o logros profesionales.
Entonces, en el proceso de empezar a maternar con todos sus retos incluidos y con ayuda de mi psicóloga para navegarlos, me di permiso a valorar que yo soy muchas otras cosas. No estoy segura exactamente como se dio, pero un día haciendo journaling me di cuenta de ese desbalance en cómo miraba todas las partes de mí y que todos esos otros roles que usualmente le restaba importancia eran tan o más importantes que el de mi yo como profesional. De ese proceso nace este blog de “Además de ser psicóloga”, como un espacio de validar que soy mucho más que el “Psy.D.” que va después de mi nombre.
Me provoco una crisis de identidad profesional
Si algo no esperaba de la maternidad era cuestionar la carrera profesional que llevo trabajando tantos años. En todo caso, pensaba que iba a detenerme, ir más suave, tener menos proyectos…. Nada de eso…
Maternar desde la adopción nos puso a leer y a aprender un montón. Como les contaba en mi escrito en otras entradas en este blog, el proceso de ajuste fue difícil. Javi y yo siendo ambos profesionales de psicología nos llegamos a sentir que nada funcionaba. Ahora que lo miro en retrospectiva, tiene lógica, en nuestra formación doctoral no recibimos nada enfocado en adopción. Creo que cuando único se hacía referencia a algo parecido era cuando se hablaba de los estudios con gemelos que crecían separados. Fuera de eso nada… entonces nos tocó aprender. Dentro del acompañamiento que nos brindó el Hogar Cuna San Cristóbal nos presentaron TBRI y ahí comenzó un viaje donde las piezas terminaron de encajar. Todo hizo sentido, compramos los libros, vimos los videos y comenzamos a ver y hacer las cosas diferentes. Siempre que lográbamos algo, le decía a Keyla (TS del HCSC), quien nos presentó TBRI y juntas fuimos validando la efectividad del modelo de crianza. Dentro de nuestras conversaciones siempre estaba la gran necesidad que había en las familias constituidas a través de la adopción.
Como colaboradora del Hogar Cuna San Cristóbal, tuve la oportunidad de completar la formación como profesional de TBRI a finales del 2022. La segunda fase de la formación fue en noviembre 2022 en Colombia y regresé pensando en lo privilegiada que he sido. Mi esposo y yo, ambos con nuestros grados en psicología, con los recursos y accesos para poder entender inglés, comprar y ver los videos, entenderlos y empezar, aplicar con éxito. Me hizo pensar en toda las familias y toda la niñez que no tienen las mismas oportunidades que yo y en cómo lo más justo y a la par con mis valores es compartir lo que he aprendido para ayudar a otras personas a manejar los retos de maternar desde la adopción. Nunca había visualizado mi carrera trabajando con adopción, pero ahora me siento que es un camino que necesito explorar. En fin, noviembre y diciembre fueron meses de mucha reflexión. Aunque creo que la resolución de mi crisis de identidad profesional merece su propio escrito, tenía que incluirlo en las sorpresas de la maternidad, ya que esta, sin duda, fue la más que me asombró. De pensar que iba a detener mi crecimiento profesional, aquí estoy explorando áreas que jamás pensé que iba a considerar.