Estoy hecha de interseccionalidades

in Jul 10, 2022

Atreverme a hacer un blog ha sido una linda sorpresa, no pensé que me gustara tanto. Desde la publicación de mi primer escrito sobre maternar desde la adopción, he querido seguir escribiendo. Sin embargo, a veces el tiempo para este proyecto no me da. Entonces, sacar un ratito para escribir me lleva a un nuevo reto: ¿Qué quiero o debo escribir? 

Recientemente pasó el día de los padres y sobre eso tengo mucho que reflexionar, de hecho, tengo un borrador que aún tengo la intención de en algún momento compartir. Por otro lado, la decisión del gobierno federal sobre Roe vs Wade provocó un sentimiento de duelo. Este evento, aunque fuera de PR, provocó reflexiones en mi desde los diferentes roles que asumo, sobre esto, hay mucho que quisiera escribir. En ocasiones al ver alguna película o una serie, al tener reflexiones con mi pareja, mis amigas y hasta las experiencias con mis pacientes, se me ocurren muchas cosas que puedo escribir. En fin, ¡tengo muchas ideas!

Pensar me toma parte del tiempo que separo para mis proyectos personales… Me pasa por la mente si debe haber un orden o si debo escribir de un solo tema. Me he preguntado si es mejor que un tema tenga que ver con otro y a veces intento adivinar sobre lo que tú quisieras leer.  Cuando me encuentro en estas encrucijadas, me gusta “ser efectiva” (o al menos eso intento). Para mi ser efectiva significa que lo que decida hacer me ayude o encamine a mi meta final. Así que luego de pensar, de tener notas en mi celular y hacer borradores regreso a mi objetivo, ¿Qué quiero hacer con este blog?, ¿Cuál es mi meta?. Literalmente, re-leí mi post de bienvenida, eso me ayudó a conectar con la razón de porqué decidí comenzar a escribir. Entonces repasando todo lo que quería escribir  llegó una nueva reflexión, “literalmente estoy hecha de interseccionalidades”, por consiguiente, este blog también. 

En el proceso de decidir sobre qué quiero escribir y al reconectar con mi razón para hacerlo, la respuesta fue que no hay un orden o no hay un tema ideal. Al final del día el blog es precisamente para compartir todos esos roles que son parte de mi y como la psicología está ahí presente pero no lo es todo, es un complemento. Estoy hecha de interseccionalidades porque te escribo desde todos mis roles, buscando aportar a combatir el estigma hacia la salud mental pero también promover un espacio de reflexión, aprendizaje e intercambios que promuevan un camino que ayude a construir bienestar mientras intento reflejar la psicología fuera de la oficina. Quiero poder hablar simple de lo complejo, pero también reflexionar sobre los matices complicados de las cosas cotidianas.

Pero, regresemos a las interseccionalidades. En arroz y habichuelas el término interseccionalidad se utiliza como una metodología para entender cómo hay muchos aspectos, características, roles entre otras cosas, que afecta como somos percibidas socialmente y por lo tanto nuestra interacción social y la relación con nosotras mismas.  Te recomiendo está lectura de Afrofeminas  si deseas aprender un poco más sobre la definición, historia y usos de este término.

Cuando digo que estoy hecha de interseccionalidades, me imagino un montón de carreteras que salen de un mismo lugar, pero que cada una se cruzan entre sí. La experiencia de cada carretera es diferente cuando se transita de forma individual, pero cambian cuando se cruzan. Cada carretera refleja una parte de mi, de lo que soy. Algunas carreteras las he construido, otras carreteras están ahí desde que tengo consciencia y no necesariamente las escogí, pero todas forman parte de quien soy.  Al transitar cada una, las expectativas sobre mi cambian, desde la visión de otras personas, como de mi misma.                                                                                                                                                

Una de mis carreteras es, obviamente,  la que está atada a mi rol como psicóloga clínica. Aunque definitivamente soy sumamente privilegiada por poder estudiar y dedicarme a algo que me encanta, cuando transito esa carretera me arropa la idea que pudieran tener otras personas de lo que debería ser. Recientemente reflexionaba en terapia con mi psicóloga el peso de decidir llevar un perfil público en las redes sociales como “doctora en psicología”. Le expresaba lo mucho que pienso acerca del contenido que comparto desde el lente de lo que supuestamente debo o no debo ser, mostrar o proyectar como psicóloga. También como esas reflexiones y expectativas chocan con mi interés de mostrarme como una persona honesta y genuina en las redes sociales. La reflexión en terapia fue ¿a personas de otras profesiones les pasa igual?. Pienso que no y creo que tiene que ver con el estigma hacia la salud mental, pero la contestación certera no la sé, esa carretera no la he transitado, quizás tu me pudieras ayudar. 

Otra de mis carreteras es identificarme como mujer feminista. Creo que de todas mis carreteras esta es una de las más controversiales socialmente hablando. Espero pronto poder escribirles sobre mi proceso en el feminismo, pero hoy lo que quiero plasmar es que el identificarme como mujer feminista representa una carretera importante para mi y para este proyecto. Ser feminista no es un botón que se apaga o se prende, es un proceso constante,por lo tanto cruza todas las demas carreteras. 

Soy yogi (persona que practica yoga) desde hace casi una década. Aunque esta es una parte importante de mi autocuidado y hasta he logrado integrarlo a la práctica clínica, reconozco que es una carretera llena de contradicciones. Tengo una visión más científica y menos “mística” sobre la práctica de yoga y las intervenciones mente/cuerpo en general, aunque me encantan y me recargan. 

Tengo una carretera que a su vez se divide en dos: ser mamá. La primera división es la de una maternidad escogida y la segunda de ser mamá a través de la adopción, ambas van de la mano, pero no son lo mismo. De manera general, ser mamá es una carretera que por su intensidad provoca muchas reacciones, contradicciones y aprendizajes a diario, creo que ahora mismo es de lo más que pudiera escribir. 

Hay otras carreteras que no necesariamente escogí y reconozco me ubican en una posición de privilegio, como por ejemplo, ser una mujer visiblemente blanca, heterosexual y de clase media.  De igual modo, admito que me quedan muchas carreteras por compartir, algunas de ellas las tengo muy conscientes, otras me falta reflexionar y aceptar. Sin embargo, todas estas intersecciones cambian de significado, no son estáticas, algunas que me ofrecen un nivel de privilegio depende el espacio se transforman y me pueden hacer vulnerable. 

Para mi entender todas estas carreteras y el impacto que tienen en mi vida ha sido parte de un proceso de reflexión constante. Reconozco que en este blog no te escribo desde una sola carretera, todas se cruzan. Cada escrito también está hecho de interseccionalidades, después de todo no soy una sola cosa y aunque pudiera, no quiero dividirme. No existe una sola mirada sobre las cosas. Te comparto una frase de una de mis autoras favoritas, Chimamanda Ngozi Adichie: “Cuando rechazamos el relato único, cuando comprendemos que nunca existe una única historia sobre ningún lugar, recuperamos una especie de paraíso”. Ella reflexiona sobre “El peligro de la historia única” haciendo referencia a la realidad de los pueblos. A mi me inspira a pensar de la misma forma desde las interseccionalidades. Todas esas carreteras  tienen un impacto en cómo vemos y nos relacionamos con las cosas del día a día.

Por eso, cierro este escrito honrando que  tus experiencias y visión de mundo pueden ser  diferentes a las mías, por eso mis escritos están lejos de ser una guía. Más bien, espero que sea una invitación al intercambio, a la reflexión, a practicar ver las cosas desde otra perspectiva y que quizás puedas usar lo que te sea útil para construir bienestar. Después de todo vivimos en constante cambio, nada permanece para siempre. 



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