…Decidí maternar desde la adopción

in Jun 9, 2022
Familia

Algunas personas me han preguntado de forma directa, otras personas de forma indirecta, pero la curiosidad siempre está presente ¿Por qué maternar desde la adopción?

Todas tenemos un camino diferente hacia la maternidad y el mío fue, en mi opinión, particular. Las personas que llevan mucho tiempo en mi vida saben que dentro de mi “check list” de vida no se encontraba la maternidad. El llamado instinto maternal no surgió con la edad, ni con la experiencia de ser titi o por algún vacío en particular. Mi camino a la maternidad fue negociado, trabajado e inspirado en mis valores.

Asumir la maternidad (de cualquier manera) es un gran reto. Nosotras las mujeres, cargamos con una responsabilidad casi absoluta sobre la cría y aunque hay padres presentes, socialmente la carga, responsabilidades, críticas y culpas recaen sobre la figura materna. Admito que fue muy difícil abrazar todo lo lindo y todo lo pesado de la maternidad (por muchas razones que este escrito no aguantaría). Sin embargo, sí quiero compartir contigo cómo y porqué escogí maternar desde la adopción.

Recuerdo cuando comencé a salir con mi compañero de vida y a la vez me enteré que sería titi, le dije que no quería ser madre y la única manera de asumir esa responsabilidad es que a mis hermanos les pase algo y asuma la crianza de mis sobrinos. Varios años después, ya siendo una familia de dos, en el aeropuerto de Panamá, surgió el comentario de parte de mi pareja de lo chulo que sería tener a otra personita con quien compartir nuestras aventuras. Mi respuesta inmediata y por mucho tiempo fue un rotundo no. 

Dentro de nuestras conversaciones de mil en cien salía el tema y si soy honesta, no recuerdo el momento en que salió la adopción en el panorama. Sin embargo, el amor sin lazos biológicos siempre ha sido parte de mi vida. Mi abuelo materno fue adoptado, mi abuela materna en realidad era ‘madrastra’ de mi mamá (espero que mami no lea esto porque me regaña ya que para ella era su madre), la familia de mi padrastro me aceptó como parte de la misma desde los cinco años y por mucho tiempo el papá de mis hermanos fue también mío. Todas estas relaciones desvinculadas a nivel biológico pero a la misma vez con conexiones profundas normalizaron para mí la idea de que es posible ser familia sin mediar los lazos genéticos. 

Pero esa parte de mi historia por sí sola no fue la razón para decidir adoptar. Más bien creo que fue la vía y certeza de que es posible ser familia desde el amor. Desde mi formación y trabajo como psicóloga, veía como la niñez que estaba en el sistema, de alguna manera se quedaba en el sistema. Como esas historias de trauma no culminaron al cumplir los 18 y los caminos se iban complicando cada vez más, el dolor era la constante en sus vidas. Una vez creas conciencia de algo, lo identificas en todos lados, como dicen en inglés “once you see it, you can't unsee it”. De pronto, sentía todo el peso de mis privilegios ante esa realidad tan dura para la niñez y como eso chocaba con mis valores.

Los valores, si nunca has escuchado ese concepto, se refiere a esas cosas que son súper importantes para ti y que guían e inspiran tus metas, decisiones de vida y visión de mundo. Son cosas que no se logran como tal, porque son un proceso continuo que impactan cada área de tu vida, tus decisiones y tus acciones de forma constante. Uno de mis valores es la solidaridad y con ese valor el sentido de justicia. Desde esos valores he hecho muchas cosas, algunas de ellas incómodas en el momento pero llenas de significado y satisfacción de haber actuado en coherencia con mis valores. Ser solidaria y justa me ha llevado a reflexionar sobre mis privilegios y como me quiero relacionar con ellos. Entonces, la combinación de conversaciones esporádicas con mi compañero, mi historia de vida y el deseo de cambiar el mundo me dije a mi misma “estoy dispuesta a ser mamá, pero únicamente desde la adopción”. 

Así que fue una combinación de elementos lo que despertó mi deseo de maternar. Incluso, recuerdo que cuando tenía experiencias hermosas con mis sobrinos, me entristecía pensar que “mi hije ya nació y quizás lo está pasando mal”. Genuinamente me dolía pensar en toda la niñez que no tenía esas oportunidades que mis sobrinos tenían de ser amados incondicionalmente y pertenecer a una familia. Al final del día el proceso me llevó a desear ser madre, pero lo más importante no era yo ser mamá, era el por qué ser mamá. Mi compañero y yo nos enamoramos de la idea de cuidar y amar a esa persona que lo necesitaba, ofrecerle un escenario distinto y vivir la aventura de ser mamá y papá con un propósito mayor a la reproducción.

Aunque creo que esta reflexión lo expresa, quiero aclarar que no decidimos adoptar por un mero acto de caridad, no se trata de eso. Adoptar es mucho más, en mi caso el valor de la solidaridad inspiró el camino para desear ser madre. Tuvimos muchas conversaciones, reflexiones y hasta procesos terapéuticos que nos acompañaron en abrazar e integrar ese nuevo aspecto de nuestra vida y nuestra relación de pareja. Decidimos que queríamos amar, cuidar y apoyar a una personita que ya estaba en este mundo, acompañarle a que alcanzara su máximo potencial y pudiera experimentar el calor de una familia para siempre.

Sabía que era totalmente posible amar a alguien que no saliera de mi, de nosotros, sabía que no necesitaba ese vínculo biológico para querer lo mejor para esa persona. En las reflexiones con mi compañero y negociaciones sobre esta decisión la conclusión fue que estaba dispuesta a asumir lo lindo y lo pesado de la maternidad, porque puede que desde ese esfuerzo logremos cambiar el contexto y realidad de una personita. Pensar que nuestra decisión pudiera tener un impacto positivo para alguien más fue el motor para decidir que escogeriamos maternar desde la adopción.


*Nota para JJ: Ahora, mientras escribo esto solo tienes 7 años y apenas llevas nueve meses con nosotros. Sé que ahora no vas a leer el blog de mamá, o quizás nunca lo leas, pero si algún día lo haces, quiero que sepas que fuiste un niño muy deseado y eres muy amado. Te esperamos mucho tiempo y no me arrepiento de escoger maternar. Me imagino que cuando leas esto ya tendrás edad para entender muchas cosas, incluyendo que no haber deseado siempre ser mamá, no hace menos especial el deseo que me llevó a conocernos. Me siento honrada que me escogieras como mamá, te amo.

 

Si deseas continuar leyendo sobre mi proceso de maternidad a través de la adopción, te recomiendo "Mi proceso de gestación fue de tres años - parte 1"

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EVANGELINA RIVERA FIGUEROA
Lina
Jeasec

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